En La Laguna de Las Pinturas, en Metzabok, Ocosingo, en Chiapas, hay una caverna, en ella había varios cráneos, con cerámica funeraria. Cuenta el guía, vigilante y remero lacandón, Felipe, que hoy sólo queda una osamenta. Familiares de unos guerrilleros desaparecidos por la década de los noventa estaban buscándolos, encontraron la cueva y se llevaron los restos óseos para identificarlos, eran de cuatro personas, pero sólo regresaron los de una. Los restos de los demás se perdieron y ya no están. No se sabe quiénes eran, ni quiénes los trajeron originalmente a esta caverna, pero no son recientes, son antiguos, eso les han dicho unos arqueólogos. Incluso, cuenta Felipe, que hay otra laguna, donde su abuelo oyó hablar a gente en maya tseltal hace muchos años, fue a buscar a quienes hablaban y no había nadie, era un lugar donde hay otros cráneos, y se cuenta que también son antiguos. Posiblemente eran de los mismos que hicieron las pinturas, y a quienes el abuelo de Felipe, escuchó hablar hace muchos años.

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